jueves, 21 de enero de 2016

LITERATURA: EL CUENTO Y LA NOVELA









TELEBACHILLERATO COMUNITARIO PLANTEL EUÁN


PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS

MAESTRO(A): EDLIN YUSELMI ACOSTA MARTÍN

ALUMNO(A): ARELY XIJUN CRUZ




 EUÁN, TIXKOKOB A 21 DE ENERO DE 2016







CONTENIDO




1.1  EL CUENTO





ORIGEN Y DESARROLLO DEL CUENTO 


Antes de comenzar a abundar en la historia del cuento. Es importante recordar que desde las más antiguas civilizaciones, el hombre tuvo la necesidad de transmitir oralmente lo que acontecía y, aunque en un inicio no había una diferencia clara entre ellos los diferentes subgéneros, hoy se puede clasificar toda la literatura popular de acuerdo con sus características.
Las primeras obras consideradas como cuentos, provienen de las civilizaciones de oriente, y a pesar de que desde la antigüedad existió un sinfín de narraciones con características diversas que pudieran ser consideradas cuentos, el término cuento surgió en el siglo XIV.
Durante los siglos XV, XVI y XVII se dieron a conocer las obras de diferentes escritores, como los cuentos de Canterbury, de chaucer; contes, de la fontaine; cuentos de mi madre la gansa, de perrault, y cándido, de Voltaire.
A partir del siglo XVIII, el Romanticismo se inspiró en la creación del relato corto, y escritores como charles Nodier, en Francia; Hans Christian Andersen, en Dinamarca; Hoffman, en Alemania, Edgar Allan Poe, en Estados Unidos y Gustavo Adolfo Bécquer, en España, todos ellos representativos de este periodo.
En la mitad del siglo XIX, durante la época realista, el relato costumbrista de ladea y el relato de vida campesina adquirieron gran interés, siendo algunos de sus representantes Gottfried Séller, Gongol, Bjornson, entre otros. Para la segunda mitad de este siglo, el cuento se populariza, estando entre sus principales representantes Antón Chejov, Gustavo Flaubert, Guy de Maupassant y juan Valera.


 LINEA DEL TIEMPO










Cuento popular



El cuento popular: Es una narración tradicional breve de hechos imaginarios que se presenta en múltiples versiones, que coinciden en la estructura pero difieren en los detalles, donde los autores son desconocidos en la mayoría de los casos (aunque puede que se conozca quien lo recopiló). Tiene tres subtipos: los cuentos de hadas, los cuentos de animales, y los cuentos de costumbres. El mito y la leyenda son también narraciones tradicionales, pero suelen considerarse géneros autónomos, un factor clave para diferenciarlos del cuento popular es que no se presentan como ficciones.   

                                        La cenicienta   


Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijas a cual más fea. Era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa, y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta.
Un día el rey de aquel país anunció que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jóvenes casaderas del reino.
-Tú, Cenicienta, no irás -dijo la madrastra-. Te quedarás en casa fregando el suelo y preparando la cena para cuando volvamos.
Llegó el día del baile y Cenicienta, apesadumbrada, vio partir a sus hermanastras hacia el Palacio Real. Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus sollozos.
-¿Por qué seré tan desgraciada? -exclamó.
De pronto se le apareció su Hada Madrina.
-No te preocupes -exclamó el Hada-. Tú también podrás ir al baile, pero con una condición: que cuando el reloj de Palacio dé las doce campanadas tendrás que regresar sin falta.
Y tocándola con su varita mágica la transformó en una maravillosa joven.
La llegada de Cenicienta al Palacio causó honda admiración. Al entrar en la sala de baile, el Príncipe quedó tan prendado de su belleza que bailó con ella toda la noche. Sus hermanastras no la reconocieron y se preguntaban quién sería aquella joven.
En medio de tanta felicidad, Cenicienta oyó sonar en el reloj de Palacio las doce.
-¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! -exclamó.
Como una exhalación atravesó el salón y bajó la escalinata, perdiendo en su huida un zapato, que el Príncipe recogió asombrado.
Para encontrar a la bella joven, el Príncipe ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato. Envió a sus heraldos a recorrer todo el Reino. Las doncellas se lo probaban en vano, pues no había ni una a quien le fuera bien el zapatito.
Al fin llegaron a casa de Cenicienta, y claro está que sus hermanastras no pudieron calzar el zapato, pero cuando se lo puso Cenicienta vieron con estupor que le quedaba perfecto.
Y así sucedió que el Príncipe se casó con la joven y vivieron muy felices.








                          La muerte viaja a caballo
Al atardecer, sentado en la silla de cuero de becerro, el abuelo creyó ver una extraña figura, oscura, frágil y alada volando en dirección al sol. Aquel presagio le hizo recordar su propia muerte. Se levantó con calma y entró en la sala. Y con gesto firme, en el que se adivinaba, sin embargo, cierta resignación, descolgó la escopeta.
A horcajadas en un caballo negro, por el estrecho camino paralelo al río, avanzaba la muerte en un frenético y casi ciego galopar. El abuelo, desde su mirador, reconoció la silueta del enemigo. Se atrincheró detrás de la ventana, aprontó el arma y clavó la mirada en el corazón de piedra del verdugo. Bestia y jinete cruzaron la línea imaginaria del patio. Y el abuelo, que había aguardado desde siempre ese momento, disparó. El caballo se paró en seco, y el jinete, con el pecho agujereado, abrió los brazos, se dobló sobre sí mismo y cayó a tierra mordiendo el polvo acumulado en los ladrillos.
La detonación interrumpió nuestras tareas cotidianas, resonó en el viento cubriendo de zozobra nuestros corazones. Salimos al patio y, como si hubiéramos establecido un acuerdo previo, en semicírculo rodeamos al caído. Mi tío se desprendió del grupo, se despojó del sombrero, e inclinado sobre el cuerpo aún caliente de aquel desconocido, lo volteó de cara al cielo. Entonces vimos, alumbrado por los reflejos ceniza del atardecer, el rostro sereno y sin vida del abuelo.


1. Responde las preguntas


a      ¿Cuál de los cuentos te gusto más? ¿Por qué?

La cenicienta

       ¿Cuál de ellos logro captar más tu atención? ¿Por qué?

Por como la tratan
     


2. a partir de la lectura de los cuentos describe en el siguiente cuadro loas diferencias que percibes.
Elemento
La cenicienta
La muerte viaja a caballos
Identificación del autor
Anónimo
Enodio quintero
Argumentos
Tiene argumentos
Tiene un argumento sencillo
Personajes
Cenicienta las hermanas, la madrasta el hada madrina y el príncipe
La muerte, el abuelo el nieto y el tío
Tiempo y espacio en el que se desenvuelve
No tiene  tiempo y el espacio es en la casa de cenicienta
El tiempo se sitúa en el atardecer de un día y el espacio en un patio de una casa
Leguaje utilizado
Sencillo
Sencillo
Intención del autor
Actitud moralizante
Interesar al lector








Cuento literario


Durante el romanticismo, desarrollado a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, se dio origen a dos principales categorías de cuento: el infantil y el de suspenso.
El cuanto infantil se caracteriza por estar enfocado en la revaloración de lo popular, por lo que recupera los elementos de los cuentos tradicionales, en los que se vuelven  a retomar la intención moralizante y se refleja el antagonismo de los personajes así el triunfo del bien sobre el mal. La apricion de elementos maravillosos se manifiesta tanto en los personajes (brujas, duendes, gigantes, ogros, hadas) como en las situaciones rodeadas normalmente de magia y encantamiento. En esta categoría sobresales los autores como  Hans Christian Andersen, con el patito feo, el soldadito de plomo, la sirenita etc.
El cuento de suspenso se caracteriza por situar al lector en un estado de tensión, expectación o incertidumbre, resultado de la atmósfera de misterio, oscuridad y desconocimiento. El cuento de suspenso, es considerado el antecedente de corrientes popularizadas en el siglo XX, como son el cuento de terror y el detectivesco.
A inicios del siglo XIX, en el que se desarrolló la corriente literaria del realismo, el cuanto realista tuvo un  gran auge.se basa en la presentación de hechos reales o imitados de la realidad, con el fin de crear un efecto de verosimilitud. El cuento realista surge de la observación directa del entorno y de la vida en sus diversos aspectos:religioso, social, moral, histórico etc., buscando reflejar de forma seria la realidady brindar un testimonio de esta, tal y como es.
Durante el siglo XX, en la época contemporánea, se desarrollan diversas categorías, como son el relato indigenista, el relato urbano, la literatura fantástica y el realismo mágico con un gran auge en Hispanoamérica, y los cuantos de terror, detectivescos y de ciencia ficción.
El relato indigenista, tiene como propósito exhibir las formas de vida de los distintos grupos étnicos  de america , reflejando sus problemáticas: marginación, abusos, entre otros.
A diferencia del relato indigenista, el relato urbano busca representar el estilo de vida  de las ciudades y sus pobladores lo que da pie a la generación de escenarios temas y personajes.
La literatura fantástica y el realismo mágico tratan de ubicar al lector en situaciones reales desde el punto de vista geográfico, temporal y cultural, en los que suceden situaciones inexplicables que alteran  la realidad. Estas dos corrientes se diferencian en la literatura fantástica busca crear angustia en el lector ante la posibilidad de lo que ocurre en la narración, pueda suceder en la vida real; mientras que el realismo mágico busca mostrar lo extraño o inexplicable como algo cotidiano y común.
Los cuentos de terror, busca producir el miedo psicológico, así como sus efectos físicos, a través del planteamiento de sus situaciones y personajes.
Los cuentos o relatos de ciencia ficción se caracterizan por utilizar elementos propios de la ciencia y la tecnología y especular sobre las consecuencias que estos pueden tener en el desarrollo futuro de la humanidad







ACTIVIDAD 3

EL ALBUM

El consejero administrativo Craterov, delgado y seco como la flecha del Almirantazgo, avanzó algunos pasos y, dirigiéndose a Serlavis, le dijo:
-Excelencia: Constantemente alentados y conmovidos hasta el fondo del corazón por vuestra gran autoridad y paternal solicitud...
-Durante más de diez años -le sopló Zacoucine.
-Durante más de diez años... ¡Jum!... En este día memorable, nosotros, sus subordinados, ofrecemos a su excelencia, como prueba de respeto y de profunda gratitud, este álbum con nuestros retratos, haciendo votos porque su noble vida se prolongue muchos años y que por largo tiempo aún, hasta la hora de la muerte, nos honre con...
-Sus paternales enseñanzas en el camino de la verdad y del progreso -añadió Zacoucine, enjugándose las gotas de sudor que de pronto le habían invadido la frente. Se veía que ardía en deseos de tomar la palabra para colocar el discurso que seguramente traía preparado.
-Y que -concluyó- su estandarte siga flotando mucho tiempo aún en la carrera del genio, del trabajo y de la conciencia social.
Por la mejilla izquierda de Serlavis, llena de arrugas, se deslizó una lágrima.
-Señores -dijo con voz temblorosa-, no esperaba yo esto, no podía imaginar que celebraran mi modesto jubileo. Estoy emocionado, profundamente emocionado, y conservaré el recuerdo de estos instantes hasta la muerte. Créanme, amigos míos, les aseguro que nadie les desea como yo tantas felicidades... Si alguna vez ha habido pequeñas dificultades... ha sido siempre en bien de todos ustedes...
Serlavis, actual consejero de Estado, dio un abrazo a Craterov, consejero de estado administrativo, que no esperaba semejante honor y que palideció de satisfacción. Luego, con el rostro bañado en lágrimas como si le hubiesen arrebatado el precioso álbum en vez de ofrecérselo, hizo un gesto con la mano para indicar que la emoción le impedía hablar. Después, calmándose un poco, añadió unas cuantas palabras muy afectuosas, estrechó a todos la mano y, en medio del entusiasmo y de sonoras aclamaciones, se instaló en su coche abrumado de bendiciones. Durante el trayecto sintió su pecho invadido de un júbilo desconocido hasta entonces y de nuevo se le saltaron las lágrimas.
En su casa lo esperaban nuevas satisfacciones. Su familia, sus amigos y conocidos le hicieron tal ovación que hubo un momento en que creyó sinceramente haber efectuado grandes servicios a la patria y que hubiera sido una gran desgracia para ella que él no hubiese existido. Durante la comida del jubileo no cesaron los brindis, los discursos, los abrazos y las lágrimas. En fin, que Serlavis no esperaba que sus méritos fuesen premiados tan calurosamente.
-Señores -dijo en el momento de los postres-, hace dos horas he sido indemnizado por todos los sufrimientos que esperan al hombre que se ha puesto al servicio, no ya de la forma ni de la letra, si se me permite expresarlo así, sino del deber. Durante toda mi carrera he sido siempre fiel al principio de que no es el público el que se ha hecho para nosotros, sino nosotros los que estamos hechos para él. Y hoy he recibido la más alta recompensa. Mis subordinados me han ofrecido este álbum que me ha llenado de emoción.
Todos los rostros se inclinaron sobre el álbum para verlo.
-¡Qué bonito es! -dijo Olga, la hija de Serlavis-. Estoy segura de que no cuesta menos de cincuenta rublos. ¡Oh, es magnífico! ¿Me lo das, papá? Tendré mucho cuidado con él... ¡Es tan bonito!
Después de la comida, Olga se llevó el álbum a su habitación y lo guardó en su secreter. Al día siguiente arrancó los retratos de los funcionarios, los tiró al suelo y colocó en su lugar los de sus compañeras de colegio. Los uniformes cedieron el sitio a las esclavinas blancas. Colás, el hijo pequeño de su excelencia, recortó los retratos de los funcionarios y pintó sus trajes de rojo. Colocó bigotes en los labios afeitados y barbas oscuras en los mentones imberbes. Cuando no tuvo nada más para colorear, recortó siluetas y les atravesó los ojos con una aguja, para jugar con ellas a los soldados. Al consejero Craterov lo pegó de pie en una caja de fósforos y lo llevó colocado así al despacho de su padre.
-Papá, mira, un monumento.
Serlavis se echó a reír, movió la cabeza y, enternecido, dio un sonoro beso en la mejilla a Nicolás.
-Anda, pilluelo, enséñaselo a mamá para que lo vea ella también.

Cuento:
El álbum
Autor:
Antón Chejov
Categoría
Ciento realista
      Características que justifican la pertenencia a la categoría


El autor refleja una escena real
Utiliza un lenguaje común
Representa la corriente literaria del realismo 















ESTRUCTURA EXTERNA E INTERNA DEL CUENTO


Para comprender un cuento, es necesario conocer el entorno en el que fue escrito, el cual se encuentra determinado por los siguientes elementos:
·        *  Autor. Atraviesa por diversas circunstancias que defines su historia y su personalidad. Es común que el cuento  se vea influido por los rasgos psicológicos, experiencias y hechos vividos por el autor, por lo que es importante conocer las circunstancias de su vida, con el fin de tener mayor claridad sobre su obra.
·        
   * Momento histórico. Son los acontecimientos sociales, políticos, económicos, culturales y religiosos, entre la época en que se desarrolla  el cuento. Conocer estos factores nos permite interpretar  adecuadamente el texto.
·      
       * Corriente literaria. Lo integran las características, ideológicas o principios del conjunto de obras alas que pertenecen, y que a su vez, están determinadas por el momento histórico.





EXTRUCTURA DEL TEXTO


El cuento está compuesto por diversos elementos. Los cuales poseen características propias que permiten la identificación de este subgénero. A continuación se describen brevemente cada uno de ellos:

Tema. Permite conocer sobre qué trata la obra. El cuento se caracteriza porque maneja solamente un tema, que puede estar relacionado con el amor, terror, ficción, aventura, entre otros.

     Personajes. Son creados por el autor para tomar parte en las acciones: personajes históricos, seres fantásticos, animales, etc. Se clasifican en protagonistas, antagonistas, secundarios e incidentales

Narrador. Es la voz que cuenta y relata los sucesos. La voz enunciativa que utiliza el escritor: primera, segunda o tercera persona. Los hay de diferentes tipos: autodiegético, intradiegético, extradiegético y metadiegético

·         Hechos. Se refiere a las acciones de los personajes. En este elemento se da cuenta tanto de hechos reales como fantásticos, partiendo en todo momento de una base de ficción

·         Espacio. Se refiere a espacios físicos, es decir, los lugares donde se sitúan los personajes y donde suceden los hechos. El espacio es real, cuando corresponde a lugares tales como una casa, un patio, la escuela, la calle, etc.; e imaginario, cuando no existe.

 Tiempo. Es la época en que se ambienta la historia y la duración del suceso narrado. Por lo tanto, se debe distinguir entre tiempo externo e interno

_ Externo. Se refiere al tiempo en que se sitúa lo narrado, es la época o el periodo histórico en que se desarrolla la acción. Puede ser explícito o deducirse a partir del ambiente, los personajes, las costumbres, etc.

_ Interno. Es el tiempo que duran los acontecimientos narrados en la historia. Puede ser toda una vida o varios días; o bien, el autor selecciona los momentos que considera interesantes y omite aquellos que considera innecesarios. Respecto a la transición interna del tiempo en el cuento, aparece marcada mediante formas del tipo Más tarde, Al día siguiente, Por la noche, Por la mañana, etc.

·         Lenguaje. Comprende el estilo y la forma de expresión que utiliza el autor.

- Estilo. Corresponde a la manera particular que tiene el escritor para utilizar el lenguaje, de manera que, al ser un reflejo de su personalidad, le da un carácter propio a su obra. En este sentido, podemos decir que hay tantos estilos como escritores. A manera de ejemplo, mencionaremos que hay autores que utilizan la sonoridad de las palabras para lograr un efecto poético; otros adornan su texto para lograr una mayor expresividad; otros prefieren la exactitud y eliminan todo elemento decorativo con la finalidad de crear un mundo más conceptual.

- Formas de expresión. Son los recursos expresivos utilizados para el desarrollo de la narración. El uso del lenguaje está estrechamente relacionado con el tipo de cuento: cotidiano, metafórico, científico, etc., así como con el recurso empleado para el desarrollo de la historia: narración, descripción o diálogo.

Existen otros elementos que también influyen en el desarrollo del cuento, como lo son la atmósfera, es decir, el estado emocional que predomina en la historia: misterio, violencia, tranquilidad, angustia; y el tono, es decir, la actitud del autor ante lo que está presentando, que puede ser humorístico, irónico, sarcástico, desafiante, persuasivo, cínico, melancólico, entre otros.



El niño cantor


Dicen que hace mucho tiempo un niño de un pueblo sin nombre tenía la voz más hermosa que se había escuchado hasta ese momento, este niño dicen algunos que no era rico, ni presumía de su grandiosa voz, y que el iba por todo el reino cantando y prestando su voz a quien le pidiera que cantara incluso cantaba en hospitales de niños y orfanatos para disminuir la infelicidad de las personas, eso si, muchas personas contaban que este pequeño niño atribuía su gran don a sus horas de esfuerzo pues cada noche practicaba sus canciones hasta que el sol salía y que sólo así se podía ir a dormir, hasta que quedaba exhausto de cantar toda la noche.












ORIGEN DE LA NOVELA


De mayor extensión que el cuento, la novela es un arte moderno; entendida como “un relato en prosa impreso en forma de libro, cuyos diversos elementos constitutivos… por mucho que varíen de una a otra, conforman un género distinto a cualquier tipo de manifestación narrativa existente con anterioridad”.

Su historia tiene alrededor de cuatro siglos; y es que, aunque el relato existía desde tiempos remotos, no fue sino hasta hace cuatrocientos años que la narración fue cobrando formas distintas, hasta constituirse en la novela. Ésta, en lo fundamental, conserva la estructura del género al que pertenece, la narrativa: que es un acto comunicativo en el que el emisor (autor) envía un mensaje (el texto de la novela) a un lector a través de un mediador interno (narrador), como has visto en los bloques anteriores.
La novela surge de la épica y así se mantiene durante la Antigüedad y en la Edad Media; a esta segunda época pertenecen particularmente las historias de caballerías. Vendría después el Renacimiento, el periodo artístico que dejaría atrás la oscuridad de los siglos VI al XV. Coexisten el idealismo en las narraciones pastoriles y el realismo de la novela picaresca.

En general, el origen de la novela moderna se sitúa en el Occidente europeo, cuando se forja la distancia con los textos narrativos clásicos, con una obra que, no obstante su carácter religioso, marcó el inicio de la relación lector-obra con significados diferentes a aquél: la Biblia.

Ese acercamiento lector-relato con los textos bíblicos fue el punto de quiebre de la redefinición de la novela como subgénero. La Real Academia Española recoge dicha condición: la novela es una “obra literaria en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte, y cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción o pintura de sucesos o lances interesantes, de caracteres, de pasiones y de costumbres.

La novela es un subgénero reciente. Cronológicamente le antecedieron a la literatura griega y romana que tuvieron autores y obras  magnificas como homero con la Ilíada y la odisea, que subsisten al paso de los siglos.


Renacimiento. Es la época de la contrarreforma, que considera la culminación de la literatura religiosa y patriótica. Marca la ruptura con diez siglos de oscu­ridad, con una revita­lización de las dife­rentes artes. A partir del siglo XIV, en Italia (particularmente en Florencia) y luego en toda Europa Occi­dental, entre descu­brimientos marítimos y la invención de la imprenta, se da el reencuentro con los clásicos. El Renaci­miento perduró hasta el siglo XVIII.

Barroco. Como en otras expresiones del arte (por ejemplo, en la pintura), la no­vela barroca se caracteriza por cierta exageración y por el pesimismo. Sin em­bargo, hay grandes obras y creadores de este periodo, como Lope de Vega con El peregrino en su patria, Tirso de Molina con Los cigarrales de Toledo, y Pedro Calderón de la Barca con La vida es sueño

                Neoclasicismo. Surgió en el periodo de la Ilustración y se centraba en el culto a la razón. Fueron los tiempos de los enciclopedistas, pero también del acerca­miento a las mayorías. En Francia hubo figuras representativas como Francois Voltaire y Jean-Jacques Rousseau.

                Romanticismo. Las obras románticas tienen como característica la exaltación de los sentimientos humanos. Se desarrolló de manera significativa en la poesía, pero en prosa también hubo creación. Entre los autores destacados está Víctor Hugo, el autor de Los miserables.

                Realismo. Fue la respuesta al romanticismo y su origen fue a mediados del siglo XIX. La Revolución Industrial y los abusos cometidos contra los trabajadores, motivaron a los escritores a denunciar, mediante la literatura, lo que ocurría. Entre los principales representantes están el británico Charles Dickens, los fran­ceses Gustavo Flaubert y Honorato de Balzac.

                Vanguardia. Originado en Europa, este movimiento se caracteriza por una in­tensa búsqueda del espíritu de libertad, la búsqueda de la originalidad y el re­chazo a las fórmulas retóricas, señala Celinda Fournier (2002). En la vanguardia confluyen movimientos con diferente perspectiva tales como el surrealismo, el fauvismo, el dadaísmo, el impresionismo y el expresionismo, entre los más co­nocidos.

                Contemporaneidad. Está marcado por el término de la Segunda Guerra Mundial y tal vez su característica principal es que se busca reflejar la vida, no sólo en términos contextuales, sino de fondo, como el pensamiento, la preocupación, los sentimientos que mueven al hombre actual. Entre sus representantes, hay una larga lista, con diversos estilos narrativos, pero todos de indudable solidez: Marcel Proust, Jorge Luis Borges, Jean Paul Sartre, Albert Camus, Ernest He­mingway y José Saramago.





 Si bien la novela es el subgénero hermano del cuento, tiene características que la diferencian de éste; la más evidente es la extensión. La novela se prolonga temporalmente, el cuento es breve en este sentido. Existen otras cualidades que identifican la novela, como la inclusión de un número de personajes tan amplio como lo requiera la trama, además de que la caracterización de éstos es mucho más detallada y profunda que en el cuento. La trama, por su parte, puede derivar en otras de menor intensidad, pero que permiten desarrollar de forma minuciosa y más descriptiva las historias de los personajes, lo mismo que la representación de escenarios pequeños que conforman la historia general. La novela moderna también se define por su redacción en prosa.

Para Francisco Montes de Oca (2006), la novela es un subgénero complejo que toma un poco de todos los géneros literarios. De la épica, por ejemplo, maneja el pasado, pero no absoluto, puesto que considera la evolución de los personajes. Tiene, asimismo, un fondo lírico, porque refleja una postura de vida o una concepción del mundo. Del drama, recupera la forma del conflicto y la tensión del hombre con él mismo o con la sociedad.
En este último aspecto se centra la condición más significativa de la novela. ¿La recuerdas? La novela es la búsqueda de la expresión del ser humano, de la explicación de su naturaleza, de su condición, de su relación con los otros y con su entorno. Nada de ello es fácil de narrar y, menos aún, de acercar al lector a la historia impresa en sus páginas.
Pero la novela también ofrece la libertad de que su autor elija el contenido y la forma, lo que derivará en la tipología que veremos más adelante. Es un subgénero, hasta cierto punto, flexible y noble, pero no por eso sencillo.

Por otra parte, puede ser de carácter ficticio, pero también puede optar por incluir aspectos de la realidad, de la historia.








ELEMENTOS DE LA NOVELA

Los dos constituyentes fundamentales de una obra narrativa son la historia y el discurso, cita Fourier Marcos (2002). La historia, expone: “consiste en la relación de sucesos narrados; el discurso es la forma en cómo son presentados los hechos por el narrador, incluye los recursos de los que se vale el autor para decirlo. La historia es lo que se narra y el discurso es cómo se narra”.

Dice Goytisolo (2013) que la novela “es un relato en prosa impreso en forma de libro, cuyos diversos elementos constitutivos – argumento, personajes, estructura, estilo, etc., – por mucho que varíen de una obra a otra, conforma un género distinto a cualquier tipo de manifestación narrativa existente con anterioridad”. Así pues, esta es otra distinción que caracteriza a la novela: sus elementos principales pueden ser diferentes de una obra a otra, pero eso no quita que la novela, como subgénero, tenga un sello de identidad común.

Aunque hay diferentes orientaciones de clasificación, si nos guiamos por la historia y el discurso como elementos rectores, en la primera se consideran los personajes, las acciones, las funciones y las esferas de acción; y en el discurso se contempla la forma en cómo se hace la narración, que puede ser externa o interna.


ELEMENTOS DE LA NOVELA 











































ESTRUCTURA EXTERNA E INTERNA DE LA NOVELA

En el análisis de una novela es primordial considerar su estructura. La intención es dividir los diferentes elementos, pero no de modo que queden atomizados o separa­        dos, sino que su unidad permanezca. Los personajes, las relaciones tiempo-espa­cio,       la acción, el lenguaje, conforman un todo.

  Hemos enfatizado en que una condición primordial de la novela moderna es la posi­     bilidad que brinda al lector de acercarse a la obra que tiene en sus manos.

Estructura externa

Así pues, al analizar una novela desde su estructu­ra externa, debes identificar los hechos históricos y culturales predominantes en el momento en que se escribe, así como determinar qué tanto influyen en la historia.
El autor siempre está presente, aunque no se note, en una obra. Escribe dentro de un contexto parti­cular, tanto histórico, como social o cultural, pero siempre con un propósito estético. Por eso conviene que conozcas sobre su vida (biografía) y la corriente o movimiento literario con el que se le identifica. Al leer su biografía, obtendrás datos que particularmente pueden apoyarte: su ideología, sus relaciones interpersonales, su actividad social, entre otros.

Estructura interna

En cuanto a la estructura interna, como expone el Diccionario Akal de términos literarios, hay que considerar los problemas que plantea el autor en su obra. Los problemas se refieren al contenido y en él, seguramente habrá una intención co­municativa. Asimismo, debes recordar que en toda narración hay tres partes en su estructura interna: planteamiento, nudo o desarrollo y desenlace, que en el caso de la novela tiene generalmente un tratamiento largo, a diferencia de lo que ocurre en el cuento. Veamos cada uno:
Planteamiento. Muestra los aspectos temporales y espaciales (cuándo y dónde) se desarrollará la acción. Presenta también a los personajes.
Nudo o desarrollo. Se relaciona con el conflicto que se presenta en la historia que, en la novela, puede ser más de uno.
Desenlace. Es el momento en que se soluciona el conflicto.
La estructura interna de la novela se relaciona con el texto, es decir, con lo que está escrito. Ese nivel interno se puede observar a través de los personajes, el tipo de narrador, la acción, tiempo, espacio, ambiente y el lenguaje.
Personajes. Existen diferentes tipos de personajes y es conforme a su inter­vención en la trama principal, que se define si son principales, secundarios o incidentales. Los personajes principales son aquellos sobre los que cae el peso de la trama y aparecen a lo largo de toda la historia. Los secundarios tienen una participación más o menos significativa, pero de menor trascendencia en la trama central y se relacionan con los personajes principales de algún modo. Los incidentales tienen una presencia esporádica en la historia y, generalmente, tienen una relación de casualidad con los protagonistas.
Narrador. Hay diferentes tipos de narradores, como has visto, pero vamos a re­cordarlos. Se clasifican según la persona gramatical que se emplea al dirigirse al lector. Sabemos que el escritor está presente a través del narrador, pero como tal, es ajeno a la historia. Los tipos de narradores que pueden intervenir en la novela son: autodiegético, intradiegético, extradiegético o metadiegético.
Acción. Aquí se contemplan el tiempo, el espacio y la relación en que ocurre la historia.
El tiempo. Como seguramente recuerdas, en la narración existen diferentes tiem­pos, por llamarlo de alguna forma. Por una parte está el tiempo de la narración, referida a la lectura del texto, y por otro, el tiempo narrativo, relacionado con el tiempo que transcurre dentro del relato, expone Ramos (2013).
En el texto de la misma autora, se exponen los cuatro tipos de narración según el tiempo gramatical que se emplee. Tales son:
Retrospectiva. El narrador cuenta un hecho ocurrido en el pasado. Los tiempos gramaticales empleados son el pretérito y el copretérito. Ejemplo: Apenas Rowe­na se había sentado, fue saludada por las trompetas y las aclamaciones de los espectadores.
Prospectiva. La historia se expone pensando a futuro. Generalmente se hace en segunda persona y es como si el narrador se situara temporalmente en el pasado de lo que relata. En este caso, un ejemplo es Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez, en la que inicia con el desenlace para luego narrar lo sucedido.
Simultánea. El narrador es parte de la narración y, como está en la historia, utili­za el presente. En La náusea, de Jean-Paul Sartre, puedes observarlo: No pue­do decir que me sienta aligerado; al contrario, eso me aplasta. Sólo que alcancé mi objetivo: sé lo que quería saber;…
Intercalada. La narración es retrospectiva y simultánea, para relatar lo que pasó y lo que ocurre en el presente.
Espacio. Es el imaginario físico en que ocurre la historia. Así, por ejemplo, en El sueño del celta, el espacio del fragmento que leímos es la celda. Según sea el autor, la descripción puede ser más o menos abundante o minuciosa.

Ambiente. Está integrado por el escenario, la época y la atmósfera. 
Lenguaje. Es un elemento fundamental pues, es el que representa la presencia del autor en la historia. Tiene que ver con su habilidad para describir, para acer­car al lector a la historia que quiera contar, para hacerle sentir. Mediante las pala­bras, y valiéndose de los recursos literarios el autor crea escenarios e imágenes, que pueden resultar atractivos al lector.


                                     Cien años de soledad

  Gabriel García Márquez

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades.
«Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.» José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aún más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.» Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados.








MI COMENTARIO:

Este  fragmento nos da a conocer como vivía la gente de la aldea de macondo y de cómo convivan. Pero  más que nada es importante porque le están dando importancia a ese lugar pequeño. De cómo los gitanos llegaron a esa aldea a mostrarles su nuevo invento que era el imán y con ello pudieran encontrar sus cosas que habían perdido.    





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